La forma en que nos alimentamos no solo responde a necesidades fisiológicas, sino que también está profundamente influenciada por nuestro entorno social. Las relaciones de amistad y de pareja juegan un papel crucial en la configuración de nuestros hábitos alimenticios, influyendo en la calidad, cantidad y la frecuencia de los alimentos que consumimos.
Este fenómeno puede analizarse desde diversas disciplinas como la neurociencia, la psicología, la antropología, la sociología y la nutrición.
Impactos positivos y negativos de las relaciones en los hábitos alimenticios
Nuestras relaciones, ya sean de amistad o de pareja, pueden ejercer una influencia significativa en nuestros hábitos alimenticios. A menudo, compartimos comidas con amigos y seres queridos, y estas experiencias pueden moldear nuestras elecciones alimentarias de diversas maneras.
Dichas relaciones pueden ser un factor importante en nuestros hábitos alimenticios, es fundamental rodearnos de personas que nos apoyen en nuestros objetivos de salud y que nos inspiren a llevar un estilo de vida saludable; al mismo tiempo, es importante ser conscientes de la influencia que nuestras relaciones pueden tener en nuestra alimentación y tomar decisiones informadas sobre lo que comemos.
En algunos casos, nuestras relaciones pueden tener un impacto positivo en nuestros hábitos alimenticios. Por ejemplo, si tenemos amigos o una pareja que se preocupa por la salud y la nutrición, es más probable que nos inspiren a adoptar hábitos alimenticios más saludables. Pueden motivarnos a probar nuevas recetas, acompañarnos al gimnasio o simplemente brindarnos apoyo moral cuando intentamos hacer cambios en nuestra dieta.
Por otro lado, nuestras relaciones también pueden tener un impacto negativo en nuestros hábitos alimenticios. Por ejemplo, si tenemos amigos o una pareja que no se preocupa por la salud o que tiene hábitos alimenticios poco saludables, es más probable que nos veamos influenciados por ellos, ya que pueden presionarnos para que comamos alimentos poco saludables, criticar nuestras elecciones alimentarias o simplemente no brindarnos el apoyo que necesitamos para mantenernos saludables.
Además de la influencia directa de nuestras relaciones, también hay otros factores que pueden influir en nuestros hábitos alimenticios. Por ejemplo, si estamos en una relación romántica, es posible que queramos complacer a nuestra pareja cocinando sus comidas favoritas o yendo a restaurantes que les gusten a ambos. Esto puede llevarnos a comer alimentos que normalmente no comeríamos o a comer en exceso.
Neurotransmisores que afectan las decisiones alimenticias
Las relaciones interpersonales activan neurotransmisores que afectan nuestras decisiones alimenticias.
La dopamina, asociada al placer y la recompensa, puede hacer que escojamos alimentos ricos en azúcares y grasas cuando estamos con amigos o pareja, reforzando estos comportamientos a nivel neuronal.
La oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, no solo fortalece los vínculos afectivos, sino que también puede influir en la selección de alimentos más saludables debido a su relación con la reducción del estrés.
Por otro lado, el cortisol, que aumenta en situaciones de tensión en una relación, puede inducir patrones alimenticios poco saludables, como el consumo excesivo de comida ultra procesada.
Perspectiva antropológica en la alimentación
Desde una perspectiva antropológica, la alimentación es un acto de identidad y pertenencia. Compartir alimentos fortalece los lazos sociales y refuerza normas culturales.
En las relaciones de pareja, se observa que con el tiempo las personas tienden a adoptar hábitos alimenticios similares a los de sus compañeros (Bove, Sobal & Rauschenbach, 2003). En el ámbito de la amistad, la teoría del contagio social sugiere que la selección de alimentos se ve influenciada por los hábitos de quienes nos rodean (Christakis & Fowler, 2007).
Las relaciones afectan nuestras emociones y estas, a su vez, modifican nuestra alimentación.
Estudios han demostrado que las parejas felices tienden a ganar peso con el tiempo debido a la estabilidad emocional (Mata et al., 2018), mientras que relaciones tóxicas pueden generar desórdenes alimenticios como el atracón o la restricción calórica.
Practicar mindfulness en la alimentación ayuda a tomar conciencia de las influencias sociales y emocionales en nuestras elecciones alimenticias. Además, el desarrollo de fortalezas de carácter como la autodisciplina y la gratitud favorece la creación de hábitos saludables en el contexto de relaciones interpersonales.
Las relaciones de amistad y pareja impactan significativamente nuestros hábitos alimenticios a través de procesos neurobiológicos, construcciones sociales y factores psicológicos.
Cuando somos más conscientes de estas influencias y nos preocupamos por fomentar relaciones saludables, puede traducirse en una mejor alimentación y bienestar general.
Dr. Pablo Vargas León
Docente INSUCE
Cuenta con 30 años de experiencia laboral en empresas de giro de alimento balanceado para mascotas, restaurantero, educativo, metalmecánico, manufactura, musical, ambiental y deportivo.
A lo largo de su carrera, ha destacado en áreas como la administración de empresas, gestión de proyectos y unidades de negocio, desempeñándose también como Chief Administrative Officer (CAO) y Project Manager. Ha trabajado con importantes empresas como Grupo CARSO, EBC, ITESM, LG, entre otras, brindando capacitación y consultoría.
Su vasta experiencia incluye la gestión de cientos de proyectos en áreas como marketing, ventas, recursos humanos, igualdad de género, protección de la información y muchos más. Además, ha sido docente en diversas instituciones de México, impartiendo clases en modalidades presenciales, ejecutivas, virtuales y en línea.
Referencias:
- Espectador, E. (2020, octubre 16). ¿Cómo influye la alimentación en las relaciones de pareja? El Espectador.
- García, G. (2020, junio 2). ¿Qué relación hay entre la comida y el amor? THE FOOD TECH.
- Juntos, A. [@AprendemosJuntos]. (s/f). Versión Completa. Manual para crear relaciones sanas. Arun Mansukhani, psicólogo y sexólogo. Youtube. Recuperado el 4 de febrero de 2025.
- Bove, C. F., Sobal, J., & Rauschenbach, B. S. (2003). Food choices among newly married couples: Convergence, conflict, individualism, and projects. Appetite, 40(1), 25-41.
- Christakis, N. A., & Fowler, J. H. (2007). The spread of obesity in a large social network over 32 years. New England Journal of Medicine, 357(4), 370-379.
- Mata, J., Frank, R., Hertwig, R., & Hertwig, R. (2018). Higher body mass index, less exercise, but healthier eating in married adults compared with cohabiting adults. Health Psychology, 37(11), 1012.
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