Andrea Mejía Medina: enseñar desde la empatía, formar desde la pasión
Andrea Mejía Medina no la empujó la inercia hacia la docencia. Fue algo mucho más profundo: una emoción intensa por compartir lo aprendido y la convicción de que enseñar también es una forma de transformar. “Me emociona mucho poder compartir los conocimientos… y más cuando veo que los alumnos entienden algo que parecía complicado”. En su voz hay una claridad serena, la misma que busca transmitir en sus clases.
Formada como nutrióloga, Andrea ha seguido ampliando sus horizontes académicos. Actualmente cursa la Licenciatura en Mercadotecnia y la Maestría en Entrenamiento Deportivo en INSUCE, donde también es docente. Con diplomados en nutrición deportiva, nutrigenética y nutrigenómica, combina la ciencia con la sensibilidad humana, algo que se refleja en su trabajo como orientadora alimentaria y en las consultas que ofrece a pacientes con parálisis cerebral.
Para Andrea, enseñar nunca ha sido un monólogo. Es un diálogo constante, una construcción compartida. “Me gusta mucho ponerme en el lugar de mis alumnos. Yo también fui de esas que no entendían todo a la primera, por eso busco formas más accesibles de explicarles”. Su método no se apoya únicamente en libros o presentaciones: se basa en la empatía, en recordar que detrás de cada pupitre hay una historia.
La experiencia de enseñar en INSUCE ha sido, dice, profundamente gratificante. No solo por el compromiso institucional con la actualización y la calidad, sino por el ambiente humano que se respira en sus aulas. “Aquí nos valoran mucho como docentes, y siempre nos invitan a conectar con los alumnos. Esa conexión es lo que más disfruto: compartir, aprender también de ellos, y crecer juntos”.
Como parte de la comunidad académica, Andrea ha sembrado una cultura de colaboración entre colegas y estudiantes. “Siempre insisto en que compartamos conocimiento, que nos respetemos. Entre los nutriólogos a veces hay competencia, pero yo promuevo lo contrario: ser compañeros, apoyarnos, crecer juntos”. Su aula es un espacio donde el respeto y la curiosidad son tan importantes como la teoría.
Recuerda con especial cariño una ocasión en la que sus alumnos le expresaron cuánto valoraban su forma de enseñar. “Me dijeron que mis diapositivas les ayudaban a seguir estudiando en casa, que les gustaban porque eran didácticas. Y eso me hizo pensar que lo importante no es solo enseñar, sino dejar herramientas”.
Andrea considera que uno de los retos de la formación en nutrición deportiva es la tecnología; sin embargo, cree que lo digital no debe ser enemigo, sino aliado. “La tecnología puede ser un distractor, sí… pero también puede hacer más atractivas las clases. Lo que hago es integrarla para que aprendan a aplicarla en sus consultas reales”.
Andrea es consciente de que el intrusismo en su campo es un desafío real, pero también cree que hay una manera clara de marcar la diferencia: la preparación constante. “Una persona que estudia de verdad, que se actualiza, siempre estará un paso adelante de quien solo tomó un curso breve y ya quiere dar consultas. La calidad se nota”.
Ser parte de los 10 años de INSUCE tiene para ella un valor especial. “Cada vez hay más personas que entienden que para dar una buena consulta no basta con un curso; hay que formarse, prepararse, tener bases sólidas. Me emociona ser parte de una institución que apuesta por eso”.
A quienes deseen seguir su camino en la docencia, les brinda un consejo: “Sean tolerantes. Hay materias que cuestan trabajo, pero si te pones en el lugar del alumno, haces una diferencia. Ayudas a que encuentren amor por el estudio, y eso ya no se olvida”.
Y a sus estudiantes, les deja un mensaje claro, casi como una brújula: “Siempre sigan estudiando. Esta carrera —y la vida— requiere actualización constante. Solo así podemos ofrecer consultas de calidad, y marcar una verdadera diferencia en las personas que confían en nosotros”.
Andrea Mejía enseña con el corazón, forma con el ejemplo y camina convencida de que la educación es una herramienta poderosa para transformar el mundo, una clase a la vez.