¿OBESIDAD SANA?
La respuesta a la pregunta nos haría pensar que “cualquier” persona que presenta obesidad puede tener complicaciones metabólicas, cardiometabólicas o cualquier patología asociada. Sin embargo, científicamente se ha demostrado que existen personas con obesidad sin ningún tipo de complicación, por lo que la ciencia clasifica a estos individuos con obesidad metabólicamente sana o por sus siglas en inglés MHO (Metabolically healthy obesity) o también conocido como “el fenotipo de la obesidad sana”.
Este tema es muy complejo y poco explorado en cuanto a que actualmente no existen criterios específicos para definir la MHO y la clasificación varía dependiendo el estudio o investigación. Existen varias definiciones de obesidad, algunos autores la clasifican como condición mientras que otras fuentes la llaman “enfermedad” inclusive epidemia. Si buscamos definiciones sobre obesidad sana también hay discrepancias y contradicciones ya que según las fuentes no existen criterios universales aceptados para identificar la MHO.
Dejando claro que con este blog no se pretende promover la obesidad, si no comprender que existen factores y alteraciones biológicas asociadas a MHO y que son importantes conocer para una mejor valoración a los pacientes, desde un enfoque del área de nutrición, haciendo hincapié que antes que la pérdida de peso está primero la salud tanto física y mental de cada individuo. Promoviendo estilos de vida saludables y sostenibles explicando con evidencia científica que: “cada cuerpo es único e irrepetible”, por lo que habrá casos que las condiciones o alteraciones biológicas y fisiológicas puedan hacer procesos más lentos en cambios corporales y no precisamente imposibles. El hecho de conocer más sobre factores y condiciones de MHO podría en mi opinión generar un impacto positivo en pacientes con MHO y una mejor relación con su imagen corporal así como con la alimentación. Ya que las personas con obesidad son población vulnerable a presentar TCA (trastornos de la conducta alimentaria). Así como también sacar a personas de obesidad no sana a MHO y gradualmente lograr objetivos de manera saludable sin dietas restrictivas y ejercicios prolongados que pongan en riesgo la salud de los pacientes.
LA OBESIDAD SEGÚN ALGUNAS FUENTES
La obesidad, “normalmente” se asocia a estilos de vida inadecuados en cuanto alimentación, sedentarismo falta de descanso y estrés (Gade et al, 2018) entre otros determinantes que conllevan a alteraciones metabólicas, y cardiovasculares tales como disfunción endotelial, aterosclerosis acelerada, hipertensión, y accidente cerebrovascular (Candi et al., 2021). A sí mismo, la obesidad se relaciona con dislipidemia, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo II (DM2), diversos tipos de cáncer, (Candi et al., 2021 Iyengar et al., 2016), enfermedades musculoesqueléticas (Bülher, 2019), lo cual aumenta mortalidad afectando calidad de vida.
El Instituto Nacional de Salud Pública (ISNN 1405-2636) 2010, define a la obesidad como el incremento del peso corporal asociado a un desequilibrio en las proporciones de los diferentes componentes del organismo, en la que aumenta fundamentalmente la masa grasa con anormal distribución corporal. Y clasifica a la obesidad según su origen en: endógena y exógena. Argumentando que la endógena según las estadísticas es la menos frecuente de estos dos tipos, pues sólo entre un 5 y un 10% de Mexicanos con obesidad la presentan, este tipo de obesidad es debida a problemas provocados a la disfunción de alguna glándula endocrina, como la tiroides (hipotiroidismo), el síndrome de Cushing (glándulas suprarrenales), diabetes mellitus (problemas con la insulina), el síndrome de ovario poliquístico o el hipogonadismo, entre otros, esta es un tipo de obesidad causada por problemas internos, debido a ellos las personas no pueden perder peso (incluso lo aumentan) aún llevando una alimentación adecuada y realizando actividad física. En cambio la obesidad exógena es aquella que se debe a un exceso en la alimentación o a determinados hábitos sedentarios, en otras palabras, la obesidad exógena es la más común y no es causada por ninguna enfermedad o alteración propia del organismo, sino que es provocada por los hábitos de cada persona. Este tipo constituye aproximadamente entre el 90 y 95% de todos los casos de obesidad, lo que significa que la mayoría de personas que la padecen es por un inadecuado régimen de alimentación y/o estilo de vida.
Si bien comprendimos que el boletín del Instituto Nacional de Salud Pública en México 2010, clasifica la obesidad en dos tipos. La primera clasificación argumentando a que la obesidad se da por patologías que no permiten la pérdida de peso y la segunda a falta de hábitos alimenticios y sedentarismo pero en esta bibliografía no refiere a ninguna “obesidad sana”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la obesidad y el sobrepeso como “la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Se utiliza el índice de masa corporal (IMC) para su medición, consiste en dividir el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de la talla en metros. Quien registre un IMC igual o superior a 30 tiene obesidad y aquellas personas con un IMC igual o superior a 25, tiene sobrepeso. Este indicador, a pesar de ser una herramienta fácil de usar y de bajo costo, podría presentar limitaciones al momento de identificar sujetos con un IMC normal, pero que podrían presentar un alto nivel de adiposidad visceral, lo cual probablemente explicaría la presencia de un perfil metabólico alterado. El IMC no distingue entre tejido graso y magro, ni proporciona información sobre la distribución de la grasa corporal. Además, existe evidencia de que los hábitos de estilo de vida podrían explicar en parte la heterogeneidad de la obesidad y que probablemente adquirir determinadas condiciones de estilo de vida se pueda lograr una transición de una obesidad no saludable a la MHO (Lacobini et al., 2019)
Si bien sabemos que existen personas que se alimentan bien y realizan ejercicio pero no logran perder peso, y que el desconocimiento del tema, redes sociales y creencias nulas de evidencia científica enumeran un sinfín de ideas y tips para la pérdida de peso, se pretende que con este blog al menos quede clara la idea de que NO siempre es el peso lo que determina la salud de los pacientes, que es verdad que debemos cuidarnos con hábitos saludables pero sobre todo sostenibles que fomenten salud física y mental pero dejando atrás mitos y tabúes de alimentación y nutrición o que nutrición y ejercicio son los únicos factores importantes para la pérdida de peso en pacientes.
ALGUNOS FACTORES ASOCIADOS CON OBESIDAD SANA
- Las personas con MHO tienen un tejido adiposo con adecuada funcionalidad, oxigenación y vascularización, que es sensible a la insulina.
- Las personas con MHO presentan poca cantidad de grasa visceral y el tejido adiposo subcutáneo presenta una óptima capacidad de expansión (mayor cúmulo de grasa).
- A diferencia con personas con obesidad no saludable, presentan niveles menores de las lipoproteínas de densidades bajas (VLDL, LDL) y mayores de la lipoproteína de alta densidad (HDL).
- Adecuados niveles de irisina sérica (secretada por los miocitos cumple la función de transmitir señales desde el músculo esquelético a otros tejidos. Investigaciones han reportado la influencia significativa que tiene sobre el metabolismo y la termogénesis)
- Es importante mencionar que todas estas características van a depender de cómo se define o clasifica los individuos con MHO.
CONCLUSIONES
Cuando se habla de obesidad “es común” asociarlo a patologías como diabetes mellitus tipo II, problemas cardiovasculares, cáncer etc. La evidencia científica aunque carezca de criterios específicos para medir MHO habla sobre factores biológicos y fisiológicos que podrían tener personas con obesidad sana a diferencia con individuos que presentan obesidad no sana. Una falsa creencia sería pensar que el remedio o prescripción para una persona con obesidad siempre es “dieta y ejercicio” para la pérdida de peso, es verdad que el área de nutrición debe fomentar el cuidado de la salud física, en mi opinión también mental en relación con la alimentación y trabajar de la mano con otras disciplinas como (Endocrinología, Cardiología, Ginecología, Psicología etc.) Promoviendo entre los pacientes que antes de la pérdida de peso la salud es lo más importante y por añadidura esta podrá presentarse a través de hábitos saludables y sostenibles, que mejoren la calidad de vida de los individuos. Los especialistas de la salud deben tener conocimientos basados en evidencia científica y de fuentes verídicas y actuales sobre cómo dirigirnos a los pacientes que presentan obesidad MHO o la no sana ya que es una población muy vulnerable a presentar TCA (Trastornos de la conducta alimentaria) y podría estar en nuestras manos prevenirlos.
REFERENCIAS:
- Álvarez J. R. M. Advances in feed, nutrition and dietetic. SEDCA Nutrición 2012. http://www.nutricion.org/publicaciones/publicacion.asp?id=60
- WHO. 10 facts on obesity. World Health Organization, 2017. http://www.who.int/features/factfiles/obesity/en/
- Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, ISNN 1405-2336, Secretaria de Salud, Número 43, Volumen 27 Semana 43 Octubre 2010 https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/13056/sem43.pdf
- https://www.gob.mx/promosalud/acciones-y-programas/sobrepeso-y-obesidad-284507Promoción de la Salud (sede web). México: Dirección General de Promoción de la Salud: 2009(Nov. 2009). Matrices de Acciones por Dependencia para la Prevención del Sobrepeso y la Obesidad. Acuerdo https://www.gob.mx/salud/acciones-y-programas/intervenciones-de-prevencion-y-promocion-de-la-salud-para-el-sobrepeso-y-obesidad